A finales del mes de noviembre de 2022 y durante diciembre se iba a celebrar el Mundial de fútbol
que se celebraría en Qatar.
Como maestro de un colegio de Primaria y del área de Educación Física, no podía dejar escapar esta oportunidad de contextualizar mis clases y hacer que mis estudiantes vivieran una competición y aprendieran todas las cosas buenas que tiene este deporte.
Empezamos por enseñar fútbol en las clases de Educación Física a todos los niveles a los que imparto clase, es decir, de 1º a 6º de Primaria (6 a 12 años). Los juegos que hemos realizado tenían que tener una perspectiva inclusiva,
donde todos formaran parte de un equipo y se sintieran importantes al desempeñar el rol que les tocara, independientemente de su nivel de destreza con el balón.
Uno de los juegos que más les gustó era el que llamábamos “el entrenador”.
Consistía en que aquellos estudiantes con más habilidad enseñaran a los que no tenían tanta.
Otro juego que favorecía el desempeño de funciones equitativo era el llamado “los delanteros”.
Se trataba de que dos jugadores de cada equipo eran los únicos que podían marcar goles. De esta manera, favorecíamos que se pasaran a todos los jugadores, ya que este rol cambiaba cada partido que tenía una duración de cinco minutos.
Por último, y como novedad más importante que modificaba el deporte oficial era la inexistencia de árbitros o V.A.R. (Video Assistant Referee). Esta función la ejercían los capitanes de los equipos que se encargaban de resolver aquellos problemas que podían surgir durante el partido.
Debían parar el juego, coger la pelota y entre los dos, llegar a un acuerdo. Sin duda, esto es lo que marcó la diferencia para un aprendizaje total,
ya que traíamos cada día a la clase situaciones reales de los partidos del mundial para analizar antes de comenzar nuestros pequeños mundialitos. Se han dado cuenta de que no necesitan a nadie que les diga qué ha pasado.
Al mismo tiempo, durante los recreos escolares que duraban media hora, se ha llevado a cabo un Mundial de Fútbol con fase de grupos y eliminatorias.
Se apuntaron voluntariamente para jugar con la siguientes condiciones: “los equipos estarían formados por jugadores de 2º, 3º, 4º, 5º y 6º de primaria y ellos serían los árbitros de los partidos”.
Así favoreceríamos que los partidos fueran más igualados y el conocimiento entre los participantes. Fue todo un éxito y un reto para organizarlo gracias a la app “WINNER”
ya que se apuntaron 14 equipos masculinos y 8 equipos femeninos, un total de 150 alumnos, la mitad de los que doy clase.
Los primeros días tenía una mesa donde apuntaba los goles y los 3 partidos que realizaríamos cada recreo. Después, hubo niños que quisieron ayudarme y se encargaban de hacer de anotadores.
Los ganadores de los campeonatos masculino y femenino, se enfrentarán a una selección de profesores en la gran final que se celebrará el 19 y 20 de diciembre.
Lo más positivo que saco de esta experencia es que han sido capaces de autoregularse y no copiar los comportamientos negativos de aquellos jugadores que protestan continuamente o tratan de engañar para ganar.
Es un placer trabajar en este entorno que te permite aprender junto a ellos.